Las primeras pruebas de asentamiento humano en la Villa de Monleón son de la prehistoria, así lo demuestran los restos arqueológicos encontrados (herramientas de piedra del Neolítico y de la Edad de Bronce) en el entorno de la villa. La ubicación actual de la villa está sobre algún castro prerromano, así lo atestigua la escultura zoomorfa datada entre los siglos IV y II a.C que actualmente vigila el paso del tiempo junto a la Puerta de la Villa de su muralla medieval. Éstas esculturas zoomorfas son las también llamadas verracos, ya que por regla general representaban cerdos o jabalíes, sin embargo se han encontrado otras haciendo referencia a toros y osos. La talla de éstas figuras se vinculan a los pueblos celtíberos de la Segunda Edad del Hierro, principalmente a los vetones. Su función no la tienen clara los expertos ya que para unos estás figuras eran deidades protectoras de las ciudades y para otros los verracos son la prueba de un culto ancestral a la naturaleza con una finalidad de protección del ganado, actividad principal de los pueblos vetones.
En el año 939 tras la batalla del Foso de Simancas, Abderramán III y su ejército se refugian en Monleón de Ramiro II de León. Unos años después, en 1077 Alfonso VI el Bravo conquista el lugar. Este monarca encarga a su yerno Raimundo de Borgoña, la repoblación de los espacios fronterizos. Posteriormente Alfonso IX de León aplicó una política de repoblación en el reino de León. No sólo se dedicó a repoblar zonas nuevas, sino que también potenció las ya pobladas mediante Fueros para mejorar el gobierno y el desarrollo de las villas y ciudades del Reino de León. En estas fechas se edifica la torre y se impulsa el recinto fortificado, formando parte del conjunto defensivo de la cuenca del río Alagón, amenazada por las incursiones de los musulmanes.
En el año 1199 Alfonso IX de León contrae matrimonio en segundas nupcias con doña Berenguela, matrimonio que sentará las bases de la unificación de los reinos de León y de Castilla. Con motivo del enlace, Alfonso IX de León dona 30 fortalezas a su mujer, entre ellas Monleón, como se puede ver en La Carta de Arras de la Reina Berenguela.
Posteriormente en 1249, Fernando III, hijo y sucesor de ambos reinos, entrega Monleón al Concejo de Salamanca, sin embargo las relaciones entre Salamanca y Monleón no eran buenas y los habitantes de la Monleón consiguieron de los reyes en 1330 un fuero propio.
Aproximadamente los dos tercios inferiores del castillo son los originales de la Torre del Homenaje, están hechos con una piedra negruzca (cornubianita), y están fabricados de manera similar a la mayor parte de los muros de la muralla, por lo que se supone que tienen un origen común.
A finales del siglo XV Rodrigo Maldonado era el alcaide de la fortaleza y señor de la villa. A esta época corresponde el remate de la Torre del Homenaje, realizado principalmente con sillares de granito, en el que se construyeron ocho cubos voladizos. Este alcaide fue acusado de robo, abuso de poder y falsificación de moneda y por ello tras ser recuperada la fortaleza se encargó de su custodia a Diego Ruiz de Montalvo, caballero de Medina del Campo. Sólo tres años después, en 1480, los Reyes Católicos conceden título de libertad a Monleón para obrar como villa independiente del Concejo de Salamanca.
Durante el reinado de Felipe II se puso en venta la villa de Monleón que fue adquirida en 1599 por juan de Figueroa, regente de Nápoles. Durante el siglo XVIII la torre siguió habitada por Juan Agustín Álvarez Maldonado de Figueroa y Díez. Tras la ocupación por los franceses durante la Guerra de la Independencia, la torre quedó seriamente dañada hasta que Salvador Llopis la adquiere y decide restaurarla.
Si nos decidimos hacer alguna de las rutas por los senderos que tiene Monleón podremos encontrarnos entre otros sitios de interés, un molino que actualmente es de titularidad privada; el horno y la mina de cal, el yacimiento visigodo de Monte Alcaide (datado entre los siglos VI y VIII d.C.) y las Ollas de la Sapa.
En cuanto al ecosistema del entorno de Monleón , podemos decir que aquí acaba la dehesa del Campo Charro abriéndose un nuevo espacio natural enmarcado en la Sierra de las Quilamas. En esta zona destaca el roble pero también nos encontramos con encinas, alcornoques, castaños avellanos, madroños, endrinos y acebos. En las riberas se encuentran alisos, sauces, fresnos y chopos. En este entorno se desarrolla una rica fauna, grandes vertebrados y depredadores que van del jabalí a la comadreja. 
Entre las aves rapaces destacan el águila real, el milano y los buitres leonados y comunes. Por la noche las lechuzas y murciélagos reinan el cielo y los pequeños roedores el suelo. En los ríos nos encontramos con nutrias, y anfibios como la salamandra o el tritón. Entre los reptiles podemos ver culebras, víboras hocicudas, lagartos ocelados y verdinegros. Las variedades de aves del bosque es amplísima destacando la oropéndola.
Entre las aves rapaces destacan el águila real, el milano y los buitres leonados y comunes. Por la noche las lechuzas y murciélagos reinan el cielo y los pequeños roedores el suelo. En los ríos nos encontramos con nutrias, y anfibios como la salamandra o el tritón. Entre los reptiles podemos ver culebras, víboras hocicudas, lagartos ocelados y verdinegros. Las variedades de aves del bosque es amplísima destacando la oropéndola.Mucha más información de la historia de Monleón
No hay comentarios:
Publicar un comentario